Saltando obstáculos

Uno de los obstáculos con los que más nos encontramos, dado la continua presión que la sociedad ejerce sobre nosotros, es nuestro físico. Que si somos gordos o delgados, bajitos o muy altos, el rubio quiere ser moreno, si no tienes pecho quieres mayor busto, pero quien tiene mucho lo quiere reducir… siempre hay algo que no nos gusta y queremos cambiar.
Lo primero y me centro ahora en la mujer, es saber y aceptar que somos muy cambiantes. Dependemos de un factor fundamental que condiciona nuestra composición corporal y no son ni mas ni menos que nuestras hormonas. En función de la fase del ciclo vital en la que nos encontremos acontecen una serie de cambios físicos enmarcados en un cambio metabólico y endocrino. El desencadenamiento de la pubertad en el caso de la mujer, conlleva un cambio notable en el físico de las jovencitas dado que los estrógenos (hormona sexual femenina) influyen en el desarrollo del tejido adiposo subcutáneo, es decir, influye en el aumento de grasa en ciertas partes del cuerpo. Así mismo durante la menospausia hay una redistribución de la grasa corporal consecuencia de nuevo, de un cambio hormonal, se nos acumula grasa donde antes no teníamos.
Esta situación no la podemos cambiar, pero si aceptar. No se trata de estar toda la vida haciendo dietas milagrosas. Se trata de aprender a vivir de manera saludable y mantener un estado físico adecuado y conforme con la etapa del ciclo que estamos viviendo.
Para ello es necesario ese pensamiento positivo que ya hemos comentado anteriormente y esa visión optimista ante un obstáculo.
El ejercicio físico es fundamental para conseguir una mente y cuerpo sanos. No os animo a que seáis unos enfermos del gimnasio; con 30 o 40 minutos diarios que dediquéis a cualquier actividad física es suficiente. Una dieta sana y equilibrada aportando todos los nutrientes necesarios para sobrellevar tu rutina y 10 minutos dedicados a sacar algo positivo de tu día son las claves para sentirse bien con uno mismo.

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